La psicosomática es una especialidad clínica que se ocupa de los trastornos o enfermedades corporales que tienen un origen o causa psíquica. Por esto, te ofrecemos un tratamiento de eso que afecta al cuerpo pero que debe ser abordado también desde la psique -en sintonía y coordinación con el tratamiento médico adyacente-. Las afectaciones psicosomáticas son muy diversas, pero entre las más comunes encontramos la colitis ulceros, la hipertensión arterial y las arritmias, el intestino irritable, el vértigo, el asma bronquial, la neurodermatitis, el eccema, etc. (al final de la página se recoge una lista de las diferentes patologías psicosomáticas).

La psicosomática, que tiene sus orígenes a mediados del S.XX con la escuela de Franz Alexander, fue concebida inicialmente como una especialidad médica. Posteriormente, con las aportaciones del psicoanálisis, sobretodo de la escuela de Pierre Marty y con las aportaciones de J. Lacan, la psicosomática se ha ido constituyendo como una especialidad en la cual trabajan de forma interdisciplinaria  médicos, psiquiatras, psicoanalistas y psicólogos clínicos especializados.

La medicina convencional, tal como está organizada desde el sistema de especialidades -de fragmentación del saber sobre el organismo- encuentra considerables dificultades delante de determinadas patologías que no tienen únicamente una afectación y causa orgánica.

Por otra parte, tampoco pueden ser abordadas exclusivamente  desde el campo de la psicopatología, ya que tienen una incidencia importante en el cuerpo que puede originar disfunciones variadas, y llegar hasta lesionar determinados órganos.

En estos casos la psicosomática establece un abordaje que, por un lado trata los aspectos médicos (biológicos, fisiológicos, farmacológicos) y por otro incorpora los aspectos subjetivos que la medicina por sí misma no puede considerar: sucesos importantes de la propia biografía, datos de interés, circunstancia familiar y relación con los miembros de la unidad, desarrollo psicoafectivo, sexual y relacional.

Todos ellos recogidos en una amplia historia clínica que integra esta información particular a los problemas de salud (síntomas, crisis, fechas, tratamientos y repeticiones). Es decir, se plantea un abordaje que va más allá de un enfoque médico-organicista y que entiende el cuerpo y la psique de manera articulada, trenzada. 

La mayoría de los pacientes que llegan a la consulta de un psicopatólogo especializado en psicosomática están siguiendo algún tipo de tratamiento médico o psicológico, pero las respuestas encontradas hasta el momento parecen insuficientes, o bien acuden por indicación del médico que les sugiere valorar la posibilidad de un abordaje más específico -integral- en su patología. 

En psicosomática siempre se respetan esos tratamientos que otros especialistas han prescrito o indicado previamente. La confianza y relación terapéutica con otros profesionales ha de ser tenida en cuenta, respetada y considerada dentro de los sucesos biográficos del paciente.

En ese sentido, la intervención del psicopatólogo especializado en psicosomática se orienta a partir de elaborar una amplia exploración diagnóstica a la vez que tiene en cuenta otros tratamientos que el paciente está llevando a cabo: se pone en contacto con los profesionales que llevan el caso y les ofrece colaboración para trabajar los aspectos no abordables desde una perspectiva estrictamente médica.

En el caso que sea necesario un tratamiento médico que el paciente no esté realizando, se le indicará esta conveniencia y se le ayudará a encontrar el especialista adecuado para su patología que pueda colaborar en un trabajo interdisciplinario. El abordaje de los aspectos médicos, la valoración de la gravedad de la patología y su diagnóstico diferencial son los primeros aspectos a trabajar en las enfermedades psicosomáticas, a las cuales se integrarán paralelamente todos los aspectos propios de la subjetividad del paciente.

Se hace necesario prestar mucha atención a posibles ofertas de tratamientos psicológicos que intervienen por la vía de la sugestión o de la catarsis, y que prometen curaciones milagrosas prescindiendo y desaconsejando tratamientos de medicina convencional. Són “tratamientos” planteados desde una omnipotencia del pensamiento, llegando a hacer creer que un “tratamiento” psicológico o terapéutico puede ser alternativo a los tratamientos médicos. Remarcamos una vez más la prudencia frente a este tipo de prácticas.

La psicosomática saca al paciente del registro de ser un objeto pasivo de la medicina, para ir posicionándole en el registro de su subjetividad, hacer que se de cuenta que aquello que le pasa tiene relación con su particular manera de vivir, con los sucesos importantes de su pasado, con su manera de ser, con los vínculos y la estructura familiar, con su inconsciente y su deseo. De esta manera, se apunta a movilizar un cambio de posición subjetiva que le permita entender y considerar los mensajes que su cuerpo le manda, y no tiene en cuenta ni reconoce como propios. 

La asistencia del paciente psicosomático integra diferentes aspectos asistenciales al servicio de la salud del cuerpo y el bienestar emocional.